Fuimos a aquel lugar la misma noche.
No habían luces,
ni identidades,
ni nacionalidades,
sólo necesidades.
Yo tenía necesidad de vos
y vos tenías la necesidad de alguien.
Por suerte, no existía nadie con la misma necesidad.
Así que me necesitaste.
Te tuve y me tuviste.
Solucionamos nuestros asuntos.
Vos pudiste dormir.
Yo pude dejar de comer entre horas,
de olvidar limpiar la casa,
de gastar los árboles por vos.
--Por suerte no existen tales lugares--

--Por desgracia no existen tales lugares, necesidades y asuntos--
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