Yo me adorno los días
con panales y pinceladas.
El sepia se cae de las ventanas
por el arcoiris de mis pies.
A mi paso, de los charcos
brotan pájaros rumorosos
y son mariposas los paraguas
que nadan en la humedad.
Desde esta montaña incierta
hecha de lluvias condensadas,
me como el aire, la tierra
y hago barquitos con el dolor.
Sin embargo, bajo mis pies
aún existen las tormentas
de doncellas desteñidas
por un catódico huracán.
¡Como quisiera yo sacudir
el polvo de sus entrañas!
Y enseñarles que hay mariposas
En el bramar de la tempestad.
Pero el circo de mis turbiones
no hace gracia en las tragedias
y las narices rojas no repican
en el espacio de la crueldad.
Yo soy felíz. De verdad. Más felíz que MacGyver en EPA. Sólo inmagínenselo.
Pero al ver que alrededor mío la gente que más quiero se derrumba... yo intento hacerlos felices, pero lo logro por un rato... y después? De qué depende la felicidad? A veces me cuesta creer en muchas cosas...
Que buena pregunta. Para mi, la felicidad personal depende de uno mismo. El tema es como vos decís, qué pasa con las personas que queremos y sufren? Pues eso, que sufren. Y nosotros con ellas.
Pasa que el concepto de felicidad habría que redifinirlo. Porque creo que la felicidad se presenta de a ratos, son momentos felices que nos duran toda la vida. Pero no es un sentimiento constante, porque están estas cosas... estas tristezas de gente que es parte de uno.
Por eso en la tristeza también hay alegría, por eso en el abrazo sentido por un dolor hay esperanza, por eso entre las cosas tristes también hay felicidad. Y de esa felicidad se desprende la oportunidad, la chance de volver a creer. Solo hay que estar dispuesto a creer que es posible :)