María José, Ídolo de la colectividad

Costa Rica tiene un solo nombre en la cabeza: María José. De repente la tenemos en las conversaciones de la U, en el tele de las sodas, en la publicidad de casi todo (hasta de implementos para autos... si cobrara derechos de imágen se haría millonaria)... hasta los pobres noticieros se han visto beneficiados, porque como en este país no pasa nada, tienen tiempo de "pellejearla" a ver si se ganan el pan (hasta foticos amateurs de amaneceres y quejas han llegado a pedir a ver si acaso, pero eso es otro tema). Ahora talvez la mitad de las noticias son una y otra vez la escena de Secada gritándole "así se hace, María José!" (o algo similar).

Como yo siempre tengo un criterio sobre lo que logro entender (que a ratos no es mucho), digo que todo esto me gusta y me molesta a la vez.

Me gusta porque ella se atrevió a ser más, que es lo que le falta a este pueblo. Ahora en la mañana, iba enfrascada en la discusión habitual de las mañanas con mi mamá y entre todo, dijo algo muy cierto: "es que en Argentina nacen con ego, acá nacemos con mala autoestima". Y que es cierto, es cierto... Lo que pasa es que unos poquitos logran superar esa barrera. Costa Rica es un país que dentro de su choteo y su cerruchadera de piso va matando la voluntad. Porque todo es una ridiculez, un absurdo. No vivás del arte, porque eso es un hobby. Ese plan, noo... eso no te va a funcionar, es muy difícil, es mucha gente la que participa, es muy caro, no vas a conseguir la plata... somos buenísimos para ese tipo de comentarios. Si tan solo supiéramos que todo se construye con una actitud positiva...

Pese a todo, ella se atrevió. Con su corta edad, tomó una decisión que a muchos se les aguarían las piernas de solo pensarlo, "quiero ser cantante con proyección internacional, y lo quiero ya". Agarró sus cosas, se fue para Panamá y ahí comenzó todo. Llegó a Buenos Aires para quedarse hasta el final (aaargghh, Baires, como la envidio jajaja!). Tiene una voz privilegiada y ha crecido muchísimo con el tiempo. El éxito, gane o no, es seguro. Con ella todo está bien. Ella es la que me tiene contenta con este rollo. Quien iba a decir que de aquel coro medio medio con el que alternábamos a cada rato iba a salir una estrella!

Lo que me molesta son cosas bastante habituales.

La telerrealidad. Sí, y mucho. Reality show, en un término más común. Son concursos que no se basan verdaderamente en el talento, sino en el drama y la expectativa. Claro ejemplo... cuantas veces nos presentaron a los demás participantes en televisión nacional? Yo a Margarita ni la conozco y me exigen que vote por María por puro patriotismo...

Eso ocasiona mi segundo disgusto hacia la situación: la reacción del tico. El tico es ciego y sordo en cuanto a criterio propio se refiere. Si todos votan por María, yo también. No importa si Margarita es mejor (no sé si lo sea), yo voto por mi país. La publicidad ha triunfado una vez más sobre nuestro juicio.

Además, a veces yo creo que es demasiado el alboroto. Ahora resulta que un programa extranjero es de "interés cultural" y que seguramente cuando María vuelva, se le va a ofrecer hacer un concierto con la Orquesta Sinfónica Nacional. Y bueno, está bien que es buena, pero yo creo que para llegar a eso hay muchos en la fila antes que ella. Además, se va por el caño un montón de plata en "época de vacas flacas" en un sueño que quien sabe hasta qué punto es factible que se cumpla, mientras cientos de agrupaciones artísticas de este país tienen que bretear duro para lograr un poquitico de ayuda (y a veces ni eso).

Además... Es muy lindo el sueño de María, lindísimo... Y es de esperar que los suyos la apoyen... Pero... y me duele de solo pensarlo... Cuantas personas en riesgo social están esperando a que "los suyos" apoyen su sueño de vivir decentemente?

En conclusión...
Despertémonos gente! Esto es todo un fenómeno social y muy serio! La telerrealidad y la publicidad nos están comiendo, primero con cositas como Bailando por un Sueño y ahora "Latin" American Idol.
Además... reivindiquémonos como pueblo! Empezemos a pensar por nosotros mismos y apoyar parejo a quienes se lo merecen, no a un solo ídolo de la colectividad que por su valentía babeamos todos.

Ahora sí me voy, porque me está esperando Hermes.