Alfredo: …Totó, ¡márchate! Esta tierra está maldita. Mientras permaneces en ella, te sientes en el centro del mundo. Te parece que nunca cambia nada. Luego te vas un año, dos y cuando vuelves, todo ha cambiado, se rompe el hilo conductor: no encuentras a quien querías encontrar, tus cosas ya no están. Has de ausentarte mucho tiempo, muchísimos años para encontrar a tu vuelta a tu gente, la tierra donde naciste. Pero ahora no es posible. Ahora creo que estás más ciego que yo.
Totó: ¿Quién dijo eso? ¿Gary Cooper, James Stewart, Henry Fonda? ¿Eh?
Alfredo: No, Totó. Eso no lo dijo nadie. Esto lo digo yo. La vida… no es como la has visto en el cine. La vida… es más difícil... No quiero oírte más, sólo quiero oír hablar de ti.
Mi cinematógrafo ya está cansado
de tanto fin de cinta…
Vomita a la hora de los créditos,
tirita cuando la gente se va…
Cuando se queda solo
mascando los sobros
del filme que le atoró…
Ya se agota cuando siente
que la risa y el llanto se esfumaron
entre los pasos que se alejan,
despreocupados por decir adiós…
Y no le queda más que despedirse
entre acondicionados silencios
con la rabia tras la cortina.
Acepta el destino finito de su memoria,
mientras sonríe con boato
y canta su monótona sentencia:
“esto es todo, se acabó la función!”
Porque se me acaban las funciones... Justo una tras otra... Y no logro apagar el proyector, no puedo... Porque quiero que los tiempos nuevos no maten a los viejos... Si Totó pudo, de algún modo yo tengo que poder salir de mi Cinema Paradiso.
Siempre hay nuevos estrenos, siempre se sigue filmando, siempre se puede...la próxima? quiero oir hablar de vos.